A los cinco segundos de aterrizar en tu página web, ¿pueden tus visitantes determinar a qué se dedica tu empresa? ¿Pueden los usuarios navegar fácilmente hasta el blog si lo necesitan? ¿Es fácil de entender el diseño de tus precios? ¿Tu sitio web tiene una baja tasa de rebote?
Si la respuesta a estas preguntas es «no», puede que sea el momento de revisar la forma en que has diseñado y optimizado tu sitio web.
Cómo debe ser una página web
Un sitio web sobresale realmente cuando tiene un diseño que alimenta la experiencia del usuario de su sitio web, la funcionalidad y complementa adecuadamente su contenido.
Puede ser muy fácil, incluso para un diseñador de sitios web profesional, descuidar estas cosas, pensando que estas actualizaciones son lo más bajo de lo que hay que preocuparse en su tótem de prioridades del sitio web. Sin embargo, un sitio web exitoso tiene tanto un contenido de alto rendimiento como una experiencia de usuario excepcional que asegura que su diseño va más allá.
Lo último que quiere es dedicar tiempo a escribir un contenido increíble en su blog o páginas de servicios, sólo para que pase desapercibido debido a defectos de diseño, problemas de navegación o diseños confusos, o a la pérdida de oportunidades de conversión.
Pero el paraguas de la experiencia del usuario del sitio web tiene muchas cosas debajo, y puede ser un reto entender todo lo que hay debajo y al mismo tiempo averiguar las cosas más importantes que hay que abordar.
1- Tener un plan
Ahora que ha reconocido que su sitio web probablemente necesita algunas mejoras, es el momento de trabajar hacia atrás y crear un plan que detalle cómo las abordará.
Comience por trazar un mapa del recorrido del cliente desde la primera vez que alguien visita su sitio web hasta el momento en que se convierte en cliente.
Al hacerlo, piense en qué páginas van a ver, qué contenido van a leer y qué ofertas van a convertir. Comprender esto le ayudará a diseñar un sitio que realmente ayude a nutrir a los clientes potenciales a través del embudo de ventas.
2- Elimina las distracciones
Ciertos elementos de tu sitio web van a restar valor al mensaje que intenta transmitir. Las animaciones complicadas, los contenidos demasiado largos y las imágenes «corpulentas» del sitio web son sólo algunos ejemplos.
Con un público que sólo tienes una capacidad de atención de ocho segundos, hay que dejar muy claro lo que el usuario va a aprender en la página que está viendo y el diseño no debe restarle importancia.
3- Añade testimonios
Si compras como la mayoría de la gente cuando estás en Amazon, lo más probable es que gravites hacia los productos que contienen en su mayoría reseñas de cuatro o cinco estrellas de personas que escribieron sus experiencias con un producto.
Al ver estas reseñas, ganamos confianza en que el producto hará lo que promete y necesitamos que haga, lo que a su vez nos empuja a comprarlo.
El mismo efecto se aplica a tu producto o servicio y a su sitio web. Si los usuarios ven testimonios impactantes de personas reales, los estudios demuestran que es un 58% más probable que sus clientes potenciales compren tu producto.
4- Añade llamadas a la acción
Una vez que los visitantes llegan a su sitio (probablemente a través del blog o de la página de inicio), debes guiarlos a lugares de tu sitio web que los ayuden a convertirse. La gente es perezosa, así que facilíteles las cosas. Indícales la dirección correcta para que no tengan que esforzarse por encontrar lo que buscan.
Una de las mejores formas de mejorar el diseño de tu sitio web teniendo esto en cuenta es utilizar llamadas a la acción colocadas estratégicamente en zonas como la parte superior derecha de su navegación, debajo de las secciones que requieren una acción y en la parte inferior de las páginas de su sitio web.